DESCRIPCIÓN

El proceso para preparar un buen pozole implica una auténtica dedicación y pasión por la cocina, virtudes de las cuales estamos orgullosos en Los Milagros de Dalila, porque nosotros lo hacemos siguiendo puntualmente la tradición heredada por nuestros ancestros, los aztecas.

De inicio, cocemos un nixtamal especialmente para el pozole, y 3 personas se encargan de quitarle la cabecita a los granos, uno por uno. Somos de los pocos restaurantes del estado que aún lo hacen así porque es una tarea muy laboriosa, sin embargo es fundamental para lograr que al momento del cocimiento, el maíz logre abrir sus dos alas, como una mariposa. Eso únicamente se logra de esta manera, siguiendo las indicaciones milenarias de las cocineras indígenas, ya que “pozole” viene de la palabra náhuatl pozolli, que justamente significa “mariposa”.

Mientras tanto, la carne de puerco se va cociendo lentamente y nosotros le agregamos un pollito. El pozole de Jalisco siempre ha llevado ambas carnes, por tradición. No tienen idea cómo se potencializa el sabor con esta combinación. Al momento de servirlo ofrecemos la opción de la carnaza, cabeza, trompa, chamorro, espinazo, cuerito… ¡Es una delicia!

Otro factor importante es que nosotros cocinamos exclusivamente pozole blanco y no rojo, pues en esta segunda opción el chile que le da color, tiende a ocultar el resto de los sabores que tan atinadamente hemos conseguido obtener. Un buen plato de pozole blanco debe contener los aromas y sabores de la carne y del maíz.

Nuestros clientes pueden agregarle la cantidad de chile a su gusto una vez que llega a su mesa. Este manjar se vende los fines de semana y también en los días festivos. ¡Celebremos juntos nuestra historia gastronómica de clase mundial!