DESCRIPCIÓN

Ustedes no están pa saberlo, pero dejen les cuento que Amoxóchitl es un pueblito encantador que está escondido en la sierra, entre Moyahua y Juchipila. Es muy famoso por sus moles y hace muchos años mi papá me dio una receta que guardaba celosamente, pues se la había compartido una familia de allá con la única condición de que la mejorara.

Nosotros cumplimos y preparamos 30 kilos de  pasta de este mole cada 3 o 4 semanas, y aunque conservamos la esencia de la receta que se nos dio, le hemos agregado algunos ingredientes gourmet, como los piñones rosas y las pasas, para darle el prestigiado toque de la casa. Pero además le añadimos virote, el cual doramos con manteca y varios chiles.

Mientras que el almidón del virote le da consistencia al mole, la variedad de chiles le brindan un sabor a campo, a tierra, a ranchito, que lo hace indiscutiblemente mexicano. Se mezcla con maíz tostado, canela, ajonjolí, almendras y varias especias. Todo lo molemos tres veces en un molinito de piedra.

Cada dia le agregamos a un poco de la pasta del mole, tomatillo y caldito de pollo, para irlo espesando y lograr un mole más líquido, al cual, finalmente se le da un toque de chocolate almendrado. Nomás de estarles aquí platicando, ya me empezó a gruñir la barriga del antojo.

El mole lo podemos servir con arroz o con frijolitos, además de una saludable hoja de lechuga orejona, cebollita desflemada y tortillas de maíz o de harina, como lo prefieran. Lo pueden ordenar también en burrito.

Un platillo de reyes que sin duda alguna consentirá a sus sentidos. ¡Pruébelo y a darle, que es mole de olla!